Y sobre pactos de conformidad y Hacienda.
Los inspectores de Hacienda cobran un bonus que depende de la agilidad, calidad y complejidad en sus actuaciones: este complemento supone un 30% de su sueldo.
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De la noticia
Coeficiente de calidad: el bonus se mide al alza o a la baja dependiendo de la agilidad de las actuaciones; si el inspector culmina su trabajo con 6 meses de antelación al plazo máximo (18 meses en general y 27 en las grandes empresas) será premiado, pero si apura por debajo de los 3 meses de margen, el complemento será menor.
Reducción de la conflictividad: premia a los inspectores que llegan a un acuerdo con el contribuyente, sobre todo si consiguen el pronto pago y evitan juicios.
Actuaciones concretas: valora el importe que se regulariza, el descubrimiento del fraude y el cumplimiento final del pago de impuestos de la persona investigada.
Todo lo anterior son incentivos perversos: los inspectores cobran los bonus con independencia del resultado final. Además, al estado le sale "gratis" en cuanto tiene ya funcionarios específicos para estas tareas y sale del dinero público que "no es de nadie", mientras los particulares o empresas tienen que costearse abogados, procuradores, etc. Asimismo, tienen bonus por llegar a acuerdos: algunos, aún sabiéndose o sintiéndose inocentes, optan por reconocer los delitos que les dice que ha cometido Hacienda para rebajar condenas y no ver expuesta su imagen pública (menos ingresos, depresiones). Los menos, quieren que un tribunal les declare inocentes aunque se lleven años siendo acusados en redes sociales, medios de comunicación, etc.
Un ejemplo de los primeros sería Shakira y de los segundos, Xabi Alonso.
Además, de todo lo anterior, puede ocurrir que tengas que llegar ante la UE para que declare que lo que hace Hacienda es ilegal (mientras ya se han cobrado los bonus y se habrán llegado a bastantes declaraciones de conformidad de delito).
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Resumiendo: no se debería usar hacienda como arma política, ni para declarar amnistías fiscales ni para amenazar a oponentes políticos, ni para hacerse la "ciega" ante escándalos de corrupción del Gobierno sea del signo que sea, ya que debería servir al ciudadano y no al político. Y evitar en lo posible los incentivos perversos.
Y lo de "facturas falsas" que tan alegremente se usa coloquialmente pueden ser desde facturas falsas reales, hasta desacuerdos que catedráticos de derecho fiscal dicen que son muy interpetrables pudiendo no tener razón Hacienda hasta que te deduces un céntimo más del que te corresponde por, por ejemplo, un gasto perfectamente deducible.
Ojalá hubiera más expertos explicando las cosas y menos opinólogos, muchos sin ni tan siquiera una carrera, sentando cátedra y enmierdando sin tener ni zorra idea.