Gracias por devolvernos a primera línea cuando todo parecía destinado a llevarnos de nuevo a ser el equipo mediocre de los 90. Cierto que nos ha desquiciado muchas veces con sus planteamientos, que a veces se le iba la pinza, pero él nos ha llevado de nuevo a tener nombre en Europa.
Ha trabajado muchísimo, como un auténtico loco, y aunque no siempre le han salido las cosas, ha tenido un vínculo tremendo con gran parte de la afición.
No le deseo que le vaya bien allá donde va porque puede que nos lo encontremos el año que viene en Europa, pero vino siendo un entrenador con mentalidad de perdedor y se va con tres títulos y siendo, probablemente, el mejor entrenador que se recuerda en este equipo. Duele mucho perderlo, y más con esas formas tan malas, pero hay que sobreponerse. Nunca podré decir nada malo de él.
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