Yo conocí a Clemente. Cada vez que salía del Palmar a Sevilla iba rodeado de acólitos (catorce o quince) y se pegaban unas fiestas en cualquier restaurante donde se les proporcionaba de todo: Comida a discreción, bebida toda la del mundo ya que eran capaces de beberse El Puerto y Jerez, cante, baile y aunque no las pedían expresamente como pudiera alguno de ellos ligarse a alguna de las que pulularan por allí , pues también. Y además, se retiraban frecuentemente al w c supuestamente para orinar o refrescarse. Comían y bebían durante todo un día y una noche hasta que amaneciera y pagaban sin rechistar cualquier cantidad que les pidieran, en efectivo metálico. Todo ésto lo he visto yo.
Pero vamos, que no es lo que diga yo. Ésto lo sabe media Sevilla, lo que pasa es que ustedes sois demasiados jóvenes y ya, desde que murió Clemente están más modositos y más encerrados allí en El Palmar.
Me consta que en aquellos años (80-90), recibían donaciones millonarias procedentes de todo el mundo y movían muchísimo dinero.