Hará unos 30 minutos, terminando mi turno de recepcionista, estoy realizando una tarea mientras mi compañera atiende a unos clientes alojados de una empresa.
Son clientes de larga estancia y ya hay confianza con ellos.
Vienen de Sevilla.
Uno de ellos se quejaba a mi compañera de que tenía que compartir habitación con su compañero, que encima era sevillista y tenía que aguantarlo.
Su compañero se pone a cantar por lo bajini el himno del Arrebato.
En ese momento levantó mi vista del ordenador, miro al sevillista, le lanzo una sonrisa cómplice. Me la devuelve.
Ojalá sea florero y me esté leyendo.
Son clientes de larga estancia y ya hay confianza con ellos.
Vienen de Sevilla.
Uno de ellos se quejaba a mi compañera de que tenía que compartir habitación con su compañero, que encima era sevillista y tenía que aguantarlo.
Su compañero se pone a cantar por lo bajini el himno del Arrebato.
En ese momento levantó mi vista del ordenador, miro al sevillista, le lanzo una sonrisa cómplice. Me la devuelve.
Ojalá sea florero y me esté leyendo.