1.930 (década). La calle Fray Ceferino González y en ella la Cruz Juramental.
Era tradición de los comerciantes de los siglos XVII y XVIII celebrar contratos de palabra delante de la cruz, lo cual teóricamente equivalía o incluso se consideraba de más valor que un contrato escrito
En efecto, ese era el uso de esa cruz. Y el motivo de estar ubicada en tal lugar es porque el edificio que hoy alberga el Archivo de Indias se construyó para usarse como mercado.
Tradicionalmente, los comerciantes vendían sus productos en las gradas y en el propio Patio de los Naranjos de la Catedral, por ser un lugar céntrico, espacioso y cercano al puerto, del que llegaban muchos de los productos que se ofrecían. Pero cuando llovía o hacía frío, para buscar resguardo, pasaban al interior del templo. Imaginad la escena, pues el que vendía lechugas llevaría lechugas y el que vendía gallinas haría lo propio, de tal forma que el barullo resultaría notorio. Hasta tal punto llegó el hartazgo de los canónigos con esta situación que el relieve que decora la puerta del Perdón (acceso desde la calle Alemanes al Patio de los Naranjos) representa la expulsión de los mercaderes del templo. Pensad si no habría pasajes evangélicos o motivos para mostrar, pero con toda la intención se colocó esta escena. Yo lo interpreto como una "indirecta": "Si Jesucristo en su infinita templanza perdió los estribos en el Templo de Jerusalén con los comerciantes, imaginad lo que haremos nosotros con todos vosotros".
Por estas quejas, se consiguió autorización real de Felipe II para construir el edificio de la Lonja junto a la Catedral. Con el tiempo, esta actividad se ubicaría en otros lugares y, ya en época de Carlos III, terminaría estableciéndose ahí el Archivo de Indias.