La planificación del año pasado no fue tan deprimente porque hasta el último día mantuvimos algo de esperanza en que se iba reforzar la plantilla, casi se daba por hecho. Al final vinieron Januzaj y Dolberg, pero hasta el penúltimo día quedaba un mínimo de ilusión de que se iba a reforzar bien la plantilla.
Este año creo que la depresión en cuanto a la planificación está instaurada en todo el mundo. Con la plantilla que coqueteó con el descenso más de 30 jornadas, pero un año más vieja, y todo lo que suena es la venta de Bono y ahora la casi confirmada por Castro de Acuña.
Nadie, o casi nadie, tiene la esperanza ya de que se vaya a reforzar nada, más bien que se va a vender lo poquito potable que quedaba ya, y el fantasma del descenso está en la mente de casi todo el mundo, en mayor o menor medida.
Lo siento pero ha sido una buena bajona la comparecencia de Castro. Después empezará a sonar algún mediocre y empezaré a buscar vídeos suyos cual yonki, pero ahora mismo estoy en este plan. Y nadie, absolutamente nadie del club, intenta insuflar algo de ambición, de ilusión o de optimismo. Al contrario, parece que el estado de depresión está ya instaurado en todos los estamentos, incluyendo la propia plantilla que ve que con lo que hay va a ser otra temporada dramática.